Situada en Gante desde hace cuatro años, alrededor de 30 personas forman parte de ella. Su presidente, Jan Van Huffel, se enamoró de aquel Mallorca de finales de los 90 y principios de los 2.000
En la ciudad belga de Gante, uno de los destinos más turísticos de Europa por sus canales, historia y encanto, se encuentra desde hace cuatro años la Peña Mallorquinista de Bélgica, la única situada en el corazón del continente.
Su presidente es Jan Van Huffel, que vivió en Mallorca durante 20 años. Tiempo más que suficiente para no solo enamorarse de la isla, sino también de su equipo: el RCD Mallorca. Van Huffel experimentó en las gradas del Lluís Sitjar y en el recién construido Son Moix una de las mejores épocas de la historia del club con Samuel Eto'o, Jovan Stankovic, Vicente Engonga, Ariel Ibagaza y compañía. Desde ese entonces, su "corazoncito está en Mallorca", según asegura, pese a haber vuelto a su Gante natal.
"Al principio, mis familiares y amigos me decían: 'Qué gili****** eres. ¿Qué haces con el Mallorca?', pero con los años, ya siguen y hablan del equipo", explica orgulloso. Van Huffel, a este respecto, presume de que en Bélgica cada vez haya más afición por el club. En el centro de operaciones de la peña, la cafetería Union (calle Voormuide, 79), hay alrededor de 30 miembros, aunque su presidente cree que "lo mismo hay 150 que siguen al Mallorca" y que no forman parte de la peña.
Todo esto pese a que ver cada fin de semana los partidos del Mallorca por la televisión belga no sea nada fácil: "Es muy complicado verlo, pero al día siguiente podemos mirar los resúmenes por internet. También nos mandamos mensajes sobre lo que hace el equipo y en directo podemos seguir el resultado".
Por lo tanto, él y el resto de mallorquinistas del país conocen de primera mano el buen desempeño que está teniendo el club con Jagoba Arrasate en el banquillo, algo que Van Huffel celebra: "De lo que he visto, parece un equipo diferente y también se nota en los puntos que tenemos ya. Ojalá sigamos así. Estamos más tranquilos ahora porque la diferencia con el antepenúltimo ya es de bastantes puntos y si hay tranquilidad, los resultados vendrán más fácilmente que el año pasado, donde lo pasamos mal en algún momento".
Junto con su amigo Hans Demeulemeester, disfrutaron y vibraron de la victoria en casa frente al Rayo Vallecano. También descubrieron la Ciutat Esportiva Antonio Asensio, donde conocieron a, entre otros, su compatriota Siebe Van der Heyden, que los atendió con alegría y emoción. Ahora, el siguiente objetivo que se plantean como peña es movilizar hasta la isla a unas 15 o 20 personas para presenciar otro partido. Van Huffel reconoce que será complicado, pero confía en que acabe siendo una realidad. Mientras tanto, seguirá portando con orgullo, a más de 1.500 kilómetros de distancia, el escudo del RCD Mallorca.