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PRIMER EQUIPO

Al séptimo descansó

Toca destensar. Esto se estaba convirtiendo en el día de la marmota con el fútbol presente, enquistado, en cada acción realizada. Hoy toca limpiar la cabeza, sanear. Estar tanto tiempo centrado en un mismo tema termina pesando, afectando. Hasta los grandes creadores pararon a coger oxígeno y de cara al séptimo día de estancia se ha programado sacar el balón y el verde de la cabeza, evitar saturación.
La jornada comienza en el gimnasio con un circuito de ejercicios, creo que les llaman preventivos, y el grupo más suelto y festivo. Luego, spa para tratamiento de constraste, agua fría y agua caliente de toda la vida, para recordarles a tus músculos que los quieres y que la culpa no es tuya, que es de Jaume Moll, preparador físico del equipo. 
Relajados y receptivos, el entrenador los tiene donde quiere para una charla de motivación, busca crear sentido de grupo, delimitar objetivos comunes y manera de alcanzarlos. La forma de dirigirse al futbolista, poner énfasis sin subir el tono, la misma postura sentado en la mesa, denota que ejerció la docencia. Y les está enseñando, les cuenta su plan. Los modernos la etiquetarían como una sesión de coaching, aunque ahora no se si el míster estaría de acuerdo.
Después, pista que va el artista. Permiso para llenar al gusto el horario vacío hasta la cena. También yo activo piloto automático para no tirar de lugares comunes, paseos en bicicleta y ratos de ocio. Unos han salido, otros han quedado. Unos dormido, otros jugado. Pero todos, sin excepción, han ganado brío, vida extra para afrontar el ocaso del Stage.
El infiltrado